viernes, 13 de junio de 2008

Irlanda, el freno lógico

Hoy se ha sometido a referéndum en Irlanda un tratado (el de Lisboa) para hacer una Europa más unida,en concreto, el plan B para crear una constitución común a todos los europeos. Los habitantes de dicho país, de aproximadamente unos 4,5 millones de habitantes, ha frenado al menos temporalmente, este proceso. Ante esta irónica situación (4,5 millones en sistema democrático han frenado las posibles aspiraciones de 500 millones) se plantean dos vías de actuación: una, cambiar los términos del acuerdo de modo que se atenga más a los intereses de ciertos países, y así el tratado consiga ese impulso que necesita, u otro, esperar unos meses para "adoctrinar" a los habitantes de la isla, y volver a hacer el referéndum con la esperanza de que los ciudadanos de allí respondan como deben...

Personalmente, no creo que Europa esté preparada para unirse como un bloque tan enorme. Pienso que esta situación, ni muy descentralizada ni demasiado centralizada, es la ideal. Así no se imponen los intereses de unos pocos europeístas sobre las muchas formas de pensar de cada país. Ya quedo demostrado con el intento de Constitución europea en Niza, con un estrepitoso NO a la misma en Francia y Holanda.

Cada país tiende al desorden en cada región, a la deslocalización, y el Estado en la mayoría de ocasiones (el Francés,muy centralista, es una excepción) es el que hace el esfuerzo por aúnar los intereses particulares, esas pequeñas fuerzas para convertirlas en un bien común.

Esto está bien, y yo estoy de acuerdo con ello pero dentro de un tiempo, cuando los "nuevos" de la UE se sientan completamente europeos y podamos mostrar por fin ante el mundo, esa unión férrea e inquebrantable que nos permita contar de verdad en el panorama global.

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